lunes, 1 de octubre de 2012

Miro la vida pasar...

Van pasando los días... Pocos o muchos, variará según la percepción más o menos agradable del tiempo que pasa... Hace poco me contaba una amiga que su hijo, cinco añitos la criatura, le había pedido que le explicara el continuo espacio-tiempo, ¡¡rediós!!

Pocos o muchos, decía, los días que veo pasar. Algo más de una semana desde la entrada anterior y la vida sigue igual. ¿Qué es una semana diluida en un mes, un trimestre o un año? Nada, apenas agua entre los dedos.... Pero, ¿qué es una semana sin comer, sin dormir, sin respirar? Pues casi una quimera, un imposible metafísico...

Parece que estoy melancólico hoy. Será el otoño. Será la sensación de examen permanente que tenemos los parados en busca de trabajo. Sí, es muy curioso. Al salir del mercado de trabajo y pelear por volver a entrar, cuando vas enviando currículos y te inscribes en ofertas de trabajo, te sientes examinado, pesado, medido, valorado de manera constante. Y los días que pasan, las llamadas que no llegan y las inscripciones que se caen, van socavando el edificio de tu seguridad: no estoy suficientemente preparado, no doy el perfil, es por la edad, es por mi nivel de croata... De lo que se trata es de construir un perfil de autoestima como el tapiz que tejía Penélope esperando la vuelta de Ulises, pero al revés: la confianza que destejen los días que pasan sin nada, la vuelves a tejer de inmediato, ¡¡cómo sea!!

La verdad, es fácil caer en la autocompasión y dejarse llevar por el huracán de  negatividad que nos envuelve por todos lados. A lo peor los mayas tenían razón y estamos llegando al final de los tiempos. Lo que pasa es que no hemos interpretado correctamente las señales: creo que estamos en una encrucijada de caminos, colectivos e individuales. 

Es momento de tomar decisiones cruciales para uno mismo y para toda la sociedad. ¿Estás en paro? Lo importante es no estar quieto: fórmate, estudia, completa y actualiza tus competencias, utiliza todos los medios que puedas para darte a conocer y mostrar lo que sabes... ¿Y a nuestro alrededor? Hay que decidir si mantener un sistema que se cae a pedazos o derribarlo y construir uno nuevo y diferente. Es tiempo de que todos los que estamos en el barco rememos en una dirección y pedir que se bajen los que no quieren remar o los que van en otra dirección.

La conclusión de hoy, es que no vamos a dejar que nos pueda "la negrura". Las palabras clave son "podemos", "sabemos", "queremos". A un mensaje nefasto, otro luminoso. A una puerta cerrada, mil ventanas que se abren. ¡Ah! Y quiero terminar con una reflexión: oí hace un par de días en un programa de televisión, que no merecía la pena recortar una prebenda de los Diputados, porque apenas supone un millón de euros al año y hay cosas más importantes.... Esto es como lo de los días del principio: un millón entre miles de millones es agua en los bolsillos; pero, con ese millón se paga un sueldo bastante digno a unos treinta o cuarenta maestros, o médicos, o asistentes sociales. Ése el millón que me vale.

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. No se que he hecho que he borrado mi comentario y ya no me acuerdo ni que había puesto... Bueno a resumidas cuentas, que escribes muy bien y que debido a las actuales circunstancias el texto no solo se entiende, si no que se siente. sigue sí!

    Car

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  3. Me alegro que lo sientas... Sabes que apuesto porque explote todo el talento que atesoras y rompas con la pana. ¡¡Te quiero un montón, loca!!

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