sábado, 22 de septiembre de 2012

Para ir cogiendo forma

Ya pasó el miedo del debut. ¡Qué curioso! Te pones a escribir frente a un folio en blanco (lo he hecho montones de veces), cuentas las cosas que te pasan, lo publicas en la red.... y ¡¡te pones nervioso como un tonto pensando en los que te van a leer!! Reconozco que eso no me ha pasado ni cuando me he lanzado en los balbucientes brazos de la poesía. Pim, pam, pum, poema terminado con mejor o peor suerte y a pasárselo a la peña sin rubor y, lo que es más osado, sin rubor.

Pero ¡creído!, ¿por qué supones que te va a leer alguien? Eso me dice mi gemelo negativo, tan proclive a dar por saco a la menor ocasión... Ignora que el número de lectores no incide en la efectividad del blog. Sea uno, una o legión, la función de limpieza de conciencia, de ver los acontecimientos que me rodean desde la distancia de la escritura, ya está más que conseguida.

Mentiría se dijera que no quiero que me lea nadie. Para nada. Deseo llegar a mucha gente, amigos, conocidos, desconocidos anónimos, sobre todo para recibir sus/vuestros comentarios e intercambiar expectativas, compartir momentos buenos y malos. Ya veremos la forma que va cogiendo este experimento (no, no es un experimento sociológico como "Gran Hermano", donde va a parar...).

En cuanto a la peripecia de la búsqueda del empleo perdido, como en este blog, estoy en los primeros pasos: inscrito en un par de ofertas por internet y con media docena de curriculums de prospección entregados en mano. Pasito a pasito, tacita a tacita, sembrar para recoger, ¡¡tópicos a mansalva!!

¡Qué difícil es mantener una línea de optimismo! Ayer me han contado que un proyecto muy ilusionante con el que llevo en tratos desde hace un par de años, sigue estancado en las arenas movedizas de la política y de los intereses creados. La noticia no es nueva y abunda en lo que ha venido pasando con este asunto desde hace meses y meses. La diferencia es mi situación actual: lo sentí como un bajonazo en mi línea de flotación y me llevó a negras reflexiones sobre mi suerte negra y a un negro regocijo sobre mi estrella negra. Duró poco. Pude con el mal momento y espanté la negrura a gorrazos. Pero mi cuenta de lo vulnerable que soy...

Hoy me he refugiado en la familia y en la cocina. He conseguido unos spaguetti a la carbonara bastante potentes, el primer bizcocho de melocotón ya ha salido del horno y me voy a atrever con otro de piña. Ya os iré pasando recetas.

¡¡Ah!! Y acaba de llegar Eva (la luz que todo lo aclara) y los besos y el abrazo que me ha dado me han hecho saltar las lágrimas. Pero es de alegría y felicidad de compartir el día con ella. Es un regalo de la vida...

jueves, 20 de septiembre de 2012

La primera entrada

¡¡Hay que renovarse o morir!!


Por eso me he decidido a empezar este blog. Ya estoy apoyado en los tres pilares de la sabiduría del siglo XXI 2.0: Facebook, Twitter y Blog. Con estas alforjas, estoy demostrando al mundo que las redes sociales son mi hábitat natural y que no le tengo miedo a nada.

Bueno, la verdad, la verdad.... estoy un poco acoj..., digo acongojado. Solo eso, que precisamente acabo de leer en Twitter una frase memorable de Ibsen: "Si dudas de ti mismo, estás vencido de antemano". Un poco asustadillo ante lo que venga, pero sin dudar de que puedo hacer lo que me proponga... casi.... jeje.

¿De qué os estoy hablando, invisibles pero espero que existentes lectores? Pues de lo que va a ir este ejercicio blogero: de mi devenir diario en busca del trabajo perdido.... Desde el 21 de agosto que mi ex jefa decidió recolocarme en la empresa más grande de España (conocida por las siglas SEPE, "el paro" para entendernos), estoy redecorando mi vida como si hubiera gastado todos mis haberes en la multinacional sueca. Y en ese proceso me he propuesto no renunciar a hacer nada de lo que se me ocurra y sea legal.

Por eso.... preparados.... listos..... ¡¡ya!! Pistoletazo de salida para empezar a compartir en las misteriosas redes lo que vaya aconteciendo:

Hoy. He entregado tres curriculums pasando por las oficinas de distintos centros de formación. En uno me han dado las gracias; en otro me han mirado como las vacas al tren; y en el tercero, ¡¡me han deseado suerte!! Es el que más he agradecido de los tres, porque me ha parecido solidario y sincero.

Y, para empezar, no quiero empacharme de letras. En breve, más cosas.

Besos para ellas y abrazos para ellos.